Todos protegen el colchón pero de diferente forma, elegir uno o todos depende de nuestras necesidades y preferencias.

Evitar que el colchón sufra daños por suciedad o humedad es la función general, pero el nivel de protección dependerá de los tejidos y de la forma de cada uno de ellos. Por su parte el cubrecolchón tiene una función extra: dar un extra de comunidad en la cama.

Una funda de colchón es una pieza que protege el colchón por todas y cada una de sus partes. Su función es protegerlo de suciedad y humedad, así como de los roces contra la base de la cama. Para colocarlo lleva una cremallera que abre a dos o tres lados. La composición y tejidos pueden variar en función del fabricante.

Los protectores de colchón por su parte, solo cubren la parte superior del cochón. Son más resistentes a suciedad y humedad y algunos modelos son impermeables. Se colocan como una sábana bajera.

Los cubrecolchones cumplen todas las funciones de los protectores pero añaden un extra de confort. Es decir, cuentan con una base acolchada.

En el siguiente video promocional de la marca Velafont, especialista en todo tipo de productos para la cama, se explica con mayor claridad las diferencias entre estos tres productos.

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